19.1.10




Y Él sigue siendo Él... no hay esfuerzo que valga ni razón que termine de alejarme, no hay otro nombre, no existe nadie más. No importan mis intentos, no valen los argumentos, nadie me inspira textos tan sentidos como son los tuyos y de nadie más me acuerdo cuando suena en la radio una desesperanzada canción de amor. No dejo de imaginarnos como los protagonistas de cada película y en toda historia que escribo tu nombre está presente. No hay nadie que me decepcione tanto como vos... pero creeme si te digo que es parte de tu encanto. La verdad es que te extraño, te estoy extrañando y aún así no quiero que vuelvas; no hasta que comprendas que yo no soy una damisela en apuros y que, definitivamente, tu armadura de caballero está bastante oxidada. Esto no es un cuento de hadas sino mas bien una historia de terror y yo no estoy enamorada del príncipe sino más bien del verdugo. De la misma forma en la que desatas un huracán de maldiciones logras que en mi cabeza florezca una sonrisa , es justamente eso lo que más extraño... sentirme bien aún cuando las cosas están tan mal. ¿Un señorito inglés? ¿Un poeta frustrado? ¿Un modelo de revista? ¿Acaso existe punto de comparación? Jamás, ninguno de ellos podría ser tan caoticamente imperfecto. Así que hoy querido, solo quiero hacerte un pedido: al diablo con tus influencias, sólo haceme sentir bien.